Una de las principales razones detrás de la persistente grieta entre la ciencia médica convencional y la quiropraxia es la naturaleza contrastante de sus filosofías básicas. Las “verdades” filosóficas en la civilización occidental son convalidadas mediante un proceso que utiliza la metodología científica. Las “verdades” relacionadas con la ciencia de la salud, hasta recientemente, han sido generadas únicamente a través de investigación dirigida por biólogos, bioquímicos, farmacólogos y médicos organicistas, celulares y moleculares. Consecuentemente, la quiropraxia se ha visto en evidente desventaja para adquirir reconocimiento como un arte de curar válido. No obstante, lo más avanzado en la investigación de la biología celular y molecular está anunciando una reorientación radical de sus teorías tradicionales y está, a su vez, creando una nueva filosofía.