La medicina convencional percibe que la biología humana representa un mecanismo físico moldeado por su bioquímica y genes. Si hay una enfermedad, la visión de la reparación implicaría cambiar los parámetros físicos del cuerpo, mediante cirugía y medicamentos. Este proceso podría funcionar. Sin embargo, con nuestro conocimiento limitado, la eficacia de la medicina alopática también es bastante limitada. Y, según las estadísticas de muertes iatrogénicas, las atribuidas a la intervención médica, ¡la ciencia alopática es bastante letal!
La medicina complementaria enfatiza el papel del medio ambiente y el medio energético en la regulación de la vida. Aunque ha existido durante miles de años más que la medicina alopática, las asociaciones médicas han minimizado constantemente la eficacia de tal enfoque porque no se ajusta a la filosofía alopática de cómo funciona la vida. Sin embargo, los enfoques complementarios han demostrado su eficacia, son profundamente seguros y, a la luz de la nueva visión actual de la biología y la física, son científicamente sólidos. La nueva biología de la epigenética y la biofísica de proteínas respaldan el ajuste de la salud ajustando el "campo" en lugar del cuerpo físico.
La curación espiritual implica la existencia de una realidad no local, que "nosotros" (nuestro yo "espiritual") somos uno y lo mismo con el campo (el Universo). Dado que la nueva biología visualiza el papel de un "yo" no corporal derivado del medio ambiente en el control de la biología, entonces tendría sentido que si uno pudiera "empujar" el campo con la intención de rezar, podría afectar la expresión de la realidad. Como ofreció Einstein, "El campo es la única agencia que gobierna la partícula". Lo que implica que una alteración del campo puede cambiar el cuerpo (partícula).
El conocimiento es poder. O digamos que una pérdida de conocimiento es una pérdida de poder.