Aquí hay una simple analogía: hace décadas, las estaciones de televisión solían transmitir un patrón de prueba circular después de que terminaba la programación regular del día. Digamos que nuestros genes son como ese patrón de prueba que se está transmitiendo. El modelo de epigenética permite el control a través de todos los diales y botones del televisor. Puedo encender y apagar la televisión. Puedo subir el volumen. Puedo cambiar el color, el tinte, el contraste, la horizontal, la vertical; puedo cambiar cada uno de esos, pero al hacerlo, no cambié la transmisión original. No, solo cambié la lectura de la transmisión y esas variaciones son potencialmente ilimitadas.
La distinción entre lo que está controlado por nuestros genes y lo que está controlado por la selección epigenética se define temprano en el desarrollo humano. El desarrollo humano se divide en dos fases: la primera es la fase embrionaria, seguida de la fase fetal. Se reconoce la fase fetal. Cuando el embrión adquiere características humanas y se parece a un ser humano, se le llama feto. La etapa embriológica se extiende desde el único óvulo fertilizado a través de todas las pequeñas transformaciones tempranas y cambios de forma hasta que alcanza la etapa fetal.
Nuestros genes son los programadores fundamentales que llevan el óvulo fertilizado a la etapa en la que parece un ser humano. Para entonces, el programa genético ha trazado el plan del cuerpo humano con dos brazos, dos piernas y nariz, ojos, etc. A partir de la etapa fetal, las modificaciones ahora están controladas epigenéticamente, es decir, el entorno las influye.
Por ejemplo, una vez que se crea la forma humana, los cambios epigenéticos pueden controlar si el desarrollo conduce a músculos y brazos grandes y fuertes para luchar por un cerebro más grande para pensar. Esas decisiones se basan en información ambiental en el momento en que el feto se está desarrollando. Los espermatozoides y los óvulos son genéricos. Forman un ser humano, pero no determinan si ese humano nacerá en Bosnia, Zimbabwe o Iowa. Cada uno de esos entornos requiere una fisiología diferente para sobrevivir. Por ejemplo, si la supervivencia se ve amenazada, la fisiología del cuerpo cambia para crear un cuerpo que resistirá esa amenaza. La información del medio ambiente es muy crítica para dar forma a la expresión de los genes que ya se han utilizado en la construcción del plan del cuerpo humano.