Como describe The Biology of Belief, que en los primeros seis años de un niño, el cerebro del niño está funcionando a bajas frecuencias de EEG. Estas actividades cerebrales de baja frecuencia están asociadas con un estado que llamamos "hipnosis". La razón es que, antes de que un niño pueda involucrar a su cerebro en actividades de conciencia (asociadas con las frecuencias alfa y beta del EEG), debe adquirir "datos" sobre la vida. Entonces, los primeros 6 años de vida, el cerebro del niño, como una computadora, descarga experiencias de vida como datos. Las experiencias aprendidas se adquieren a través de todos los sistemas sensoriales, que incluyen estímulos de la visión, olores, sonidos y tacto, por ejemplo.
La televisión e Internet son fuentes de "información" para un niño y se descargan automáticamente en su mente subconsciente. Los datos son luego utilizados por la mente consciente del niño (después de los 6 años de edad) para crear el resto de sus vidas. Por lo tanto, la información de televisión e Internet se programa directamente en el niño antes de los 6 años. La programación continúa después de los 6 años, PERO en años posteriores la mente consciente del niño puede usarse para "filtrar" y "modificar" la programación. De modo que las experiencias pasadas pueden moldear el aprendizaje futuro.
Además, las pantallas de televisión muestran imágenes a través de imágenes de pantalla que se encienden y apagan a 20 o más "fotogramas" por segundo. El destello de una imagen en la pantalla a esa frecuencia también afecta las funciones cerebrales y la cognición. La "luz estroboscópica" de las imágenes de televisión a esa velocidad de cuadro tiene un gran impacto en la función cerebral. Los padres deben estar al tanto de esta “programación” televisiva porque tiene una poderosa influencia en el destino del niño.