Continuando con las publicaciones de esta semana, una breve reseña.
Cuando la vida no funciona según lo planeado, rara vez reconocemos que es muy probable que contribuyamos a nuestras propias decepciones. Dado que generalmente no somos conscientes de la influencia de nuestros propios comportamientos subconscientes, naturalmente nos percibimos a nosotros mismos como víctimas de fuerzas externas cuando las cosas no salen como deseamos. Desafortunadamente, asumir el papel de víctima significa que asumimos que somos impotentes para manifestar nuestras intenciones. ¡Nada más lejos de la verdad! El principal determinante en la configuración del destino de nuestras vidas es la base de datos de percepciones y creencias programadas en nuestras mentes.
Existen recursos que ayudan a reprogramar nuestras mentes.