La respuesta es simple: ¡trabaja en las percepciones positivas!
Las percepciones positivas de la mente mejoran la salud al involucrar las funciones inmunes, mientras que la inhibición de las actividades inmunológicas por las percepciones negativas puede precipitar la enfermedad. Esas percepciones negativas también pueden crear un estrés psicológico crónico y debilitante que tiene un impacto profundo y negativo en la función genética.
La investigación en ratones ha demostrado, por ejemplo, que la exposición prolongada a las hormonas del estrés deja una marca duradera en el genoma y modula el comportamiento de los genes que controlan el estado de ánimo y el comportamiento.
Para ver si el estrés podría influir epigenéticamente en los genes implicados en la corticosterona (la versión roedor del cortisol), durante cuatro semanas, los ratones de control bebieron agua sin esta hormona glucocorticoide. Los ratones que recibieron corticosterona mostraron características de ansiedad en las pruebas de comportamiento. La evaluación de la actividad genética mostró que estos ratones tenían un aumento significativo en fkbp5, una proteína cuyo equivalente humano se ha relacionado con los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la enfermedad bipolar. (Lee 2010)
Lee, RS, KL Tamashiro y col. (2010). "La exposición crónica a corticosterona aumenta la expresión y disminuye la metilación del ácido desoxirribonucleico Fkbp5 en ratones". Endocrinología 151 (9): 4332-4343.