Cuando enseñaba a estudiantes de medicina en una pequeña escuela en el mar Caribe, sentarme tranquilamente en la jungla de una isla similar a un jardín y bucear entre los arrecifes de coral enjoyados me dio una ventana a la asombrosa integración de especies de plantas y animales de la isla. Todos viven en un delicado y dinámico equilibrio, no solo con otras formas de vida, sino también con el entorno físico. Era la armonía de la vida, no la lucha de la vida, lo que me cantaba mientras estaba sentado en el Jardín del Edén del Caribe. Me convencí de que la biología contemporánea presta muy poca atención al importante papel de la cooperación porque sus raíces darwinianas enfatizan la naturaleza competitiva de la vida. Centrémonos en la cooperación y la armonía de la vida.
¡Ahora estas dos disciplinas son clave! Transducción de señales (la investigación de las "vías químicas por las cuales las células responden a las señales ambientales") y Epigenética ("la ciencia de cómo las señales ambientales seleccionan, modifican y regulan la actividad genética"). Esta nueva conciencia revela que la actividad de nuestros genes se modifica constantemente en respuesta a las experiencias de la vida. Lo que nuevamente enfatiza que nuestras percepciones de la vida dan forma a nuestra biología.
Plantemos las semillas en nuestras mentes que nos gustaría que crecieran y florecieran.