Hay estas preguntas persistentes que acechan en el fondo de nuestras mentes: “¿Hay esperanza o alivio? o "¿Mejorará nuestra situación la semana que viene, el año que viene o nunca?" No es probable, según los darwinistas, que la vida y la evolución sean una eterna "lucha por la supervivencia". Por si fuera poco, defendernos de los perros más grandes del mundo es solo la mitad de la batalla. Los enemigos internos también amenazan nuestra supervivencia. Los gérmenes, virus, parásitos y, sí, incluso los alimentos con nombres tan brillantes como Twinkies pueden ensuciar fácilmente nuestros frágiles cuerpos y sabotear nuestra biología. Los padres, maestros y médicos nos programaron con la creencia de que nuestras células y órganos son frágiles y vulnerables. Los cuerpos se descomponen fácilmente y son susceptibles a enfermedades, enfermedades y disfunción genética. En consecuencia, anticipamos ansiosamente la probabilidad de enfermedad y buscamos atentamente nuestros cuerpos en busca de un bulto aquí, una decoloración allá o cualquier otra anomalía que indique nuestra inminente perdición. ¿Asi que que hacemos? ¿A dónde vamos desde aquí? ¿Has oído hablar de la remisión espontánea?
Remisión espontánea
Todos los días, a miles de pacientes se les dice: “Todas las pruebas han vuelto y las exploraciones coinciden. . . Lo siento; no hay nada más que podamos hacer. Es hora de que te vayas a casa y pongas tus asuntos en orden porque el final está cerca ". Para la mayoría de los pacientes con enfermedades terminales, como el cáncer, así es como se desarrolla su acto final. Sin embargo, hay personas con enfermedades terminales que expresan una opción más inusual y feliz: la remisión espontánea. Un día tienen una enfermedad terminal, al día siguiente no. Incapaces de explicar esta realidad desconcertante pero recurrente, los médicos convencionales en tales casos prefieren concluir que sus diagnósticos eran simplemente incorrectos, a pesar de lo que revelaron las pruebas y las exploraciones. Según el Dr. Lewis Mehl-Madrona, autor de Coyote Medicina, la remisión espontánea suele ir acompañada de un "cambio de historia". Muchos se empoderan con la intención de que, contra todo pronóstico, puedan elegir un destino diferente. Otros simplemente abandonan su antigua forma de vida con sus tensiones inherentes, pensando que también pueden relajarse y disfrutar del tiempo que les queda. En algún lugar en el acto de vivir plenamente sus vidas, sus enfermedades desatendidas desaparecen. Este es el mejor ejemplo del poder del efecto placebo, ¡donde ni siquiera es necesario tomar una pastilla de azúcar! ¡Todos tenemos este poder!
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