Cuando dos personas tienen una primera cita, se comportan de una manera que facilitará su futuro juntos. Quieren ser amantes, tener alegría, ofrecer apoyo y placer a su pareja, y quieren divertirse. Durante el período de cortejo y luna de miel, nuestros comportamientos provienen principalmente de nuestras mentes conscientes, lo que nos pone en nuestro mejor comportamiento. Mientras no volvamos a pensar durante este tiempo, estaremos operando con las manos en el volante.
Desafortunadamente, en el mundo en el que vivimos, tenemos tanta demanda que pensar es inevitable. Más adelante en una relación, la programación negativa descargada en el subconsciente comienza a manifestarse y altera el carácter de la relación. La alegría se atenúa a medida que cada pareja se compromete para adaptarse al comportamiento negativo que su pareja nunca reveló durante la fase de luna de miel. A medida que comienza a comprometerse, se pregunta cuál es su límite. En muchos casos, los compromisos son demasiados y la relación se desintegra. Cuanto más venga del subconsciente, más rápido se desvanecerá la hermosa luna de miel.
La cuestión candente es si se puede mantener la luna de miel. Al reescribir programas negativos, es absolutamente posible. Identifique qué programas no lo apoyan y reprográmelos en deseos y anhelos positivos. El efecto de la luna de miel ocurre porque dejamos de reproducir programas subconscientes en primer lugar.
Si ambas partes reconocen que tienen comportamientos ajustables, las críticas no son personales. La crítica se aplica a los comportamientos derivados del programa. Los argumentos pueden convertirse en discusiones y las discusiones pueden convertirse en acciones.
¡Enviándote amor y luz!