La evolución de la civilización humana se expresa en nuestras asombrosas ciencias y artes. Para evolucionar, hacemos juicios y luego los probamos. Cada avance en el pensamiento es mejor que la versión anterior. Además, cada avance en el pensamiento suele ser un trampolín para el siguiente avance. La filosofía de Darwin impulsó la ciencia durante varios años, pero ahora hemos superado las creencias más primitivas de Darwin y estamos listos para avanzar hacia una ciencia de la evolución más precisa y sostenible.
Si bien Darwin no estaba en lo cierto en su teoría, las ideas eran necesarias para que la ciencia pudiera llegar a las verdades más precisas de hoy. Sin embargo, mantener la teoría darwiniana como nuestra creencia fundamental es ahora tóxico y está matando nuestro mundo. Especialmente porque la teoría de Darwin enfatiza que llegamos aquí por casualidad y no tenemos ningún propósito en este planeta. De hecho, llegamos aquí por la intención de la naturaleza y nuestro papel fue ayudar a mantener la armonía y el equilibrio en la naturaleza. Por lo tanto, nuestra falta de comprensión nos ha llevado a destruir el medio ambiente y en el proceso provocar nuestra propia extinción.
Además, la teoría de Darwin enfatiza que “la vida es una lucha por la supervivencia basada en la competencia” y que la competencia entre humanos es responsable de la violencia en la civilización y el debilitamiento del ecosistema. Ahora sabemos que la evolución se basa en la cooperación, por lo que debemos cambiar fundamentalmente nuestras creencias más preciadas.